«El Genocidio Camboyano»

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Después de que algún compañero me «reclamara» que le mostrara alguna de las fotos que realicé en nuestro ultimo viaje a Camboya, y muy a pesar mío, he decidido colgar aquí un pequeño reportaje que muestra una mínima parte de lo que pasó en este país no hace mucho tiempo atrás.

Me he animado porque al final he pensado que cuanto mas información tengamos todos de lo allí ocurrido mas reflexionaremos para evitar que algo así pueda volver a ocurrir.

Salí bastante tocado emocionalmente de aquella visita al museo del genocidio y a los campos de exterminio pero también he de decir que desde entonces contemplo la vida de otra manera y doy gracias de haber  nacido donde nací , solamente el «azar» te puede poner en  este mundo en una situación u otra y aquel pueblo camboyano «le tocó»  estar en el lugar mas inadecuado en el momento mas inadecuado, sufriendo en sus propias carnes uno de los episodios mas horribles que a podido ocurrir en la historia de este planeta, aun así  sus gentes siguen dando su mejor sonrisa y tanto verdugos como víctimas conviven en paz intentando olvidar de alguna manera aquello que les destruyó.

Antes de nada os pondré en antecedentes con una breve introducción…

Tras la retirada de las tropas estadounidenses tanto de Vietnam del Sur como de Camboya, en Nom Pen se instauró el régimen de Pol Pot,máximo líder de los jemeres rojos, quien lideraría el país hasta enero de 1979. La aplicación literal del maoísmo y la declaración de una nueva era denominada Camboya Año Cero, dieron lugar al genocidio camboyano, cuya discusión está todavía en boga. Entre las primeras medidas que el régimen de Pol Pot implantó en el país estuvieron la eliminación literal de los conglomerados urbanos y la declaración de los habitantes de la ciudad como enemigos del Estado, la desaparición de la moneda, el comercio, el mercado, las escuelas, la literatura, toda forma de arte, cultura, y las religiones. La aniquilación sistemática de la oposición con sus familias y todos los que a los ojos del Estado eran declarados enemigos (entiéndase aquellos que fueran o parecieran intelectuales), hicieron que se instalaran prisiones de tortura en algunas de las antiguas escuelas, de las cuales la más célebre se encuentra en Nom Pen, denominada Tuol Sleng, la «colina de los árboles envenenados», hoy conocida como «museo del genocidio». Así mismo, a unos ocho kilómetros de Tuol Sleng, en las afueras de Phnom Penh, se conserva hoy uno de los innumerables campos de exterminio (mas conocidos como the Killing Fiels) en donde eran asesinados los llamados enemigos del Estado con sus familias después de ser transportados en camiones desde las cárceles.

La comunidad internacional guardó silencio alrededor de esta situación; en medio de la Guerra Fría, a Estados Unidos le interesaba aislar a Vietnam. Por otra parte, el régimen aisló completamente el país no permitiendo el ingreso de ningún organismo extranjero. Tímidas denuncias se hicieron de parte de países como AustraliaIndia y Nueva Zelanda, pero Estados Unidos usó su poder de veto en las Naciones Unidas. Fue sólo con la invasión por parte de Vietnam en enero de 1979 y el derrocamiento del régimen de Pol Pot, que se empezó un lento y doloroso descubrir de la realidad que se estaba viviendo en Camboya.

Las Naciones Unidas comenzaron desde 1993 a presionar al nuevo estado para realizar el juicio por crímenes de guerra a los altos dirigentes de los jemeres rojos, pero por una parte los anhelos de paz de muchos camboyanos, la negación sistemática de algunos intelectuales extranjeros neoconservadores, de la realidad del genocidio, el temor de muchos otros a denunciar, ha dado pocos resultados al respecto. Sin embargo, en junio de 2003, Hans Corell, jefe del Consejo jurídico de la Organización de las Naciones Unidas, firmó un convenio en Camboya con el gobierno que permite el establecimiento de un tribunal de genocidio. Dicho convenio fue el culmen de cinco años de negociaciones entre la ONU y el gobierno.

Las cifras de los muertos durante el régimen de Pol Pot son todavía inciertas, pero no son menores de dos millones de personas de todas las edades y condiciones, cerca de una cuarta parte de la población estimada de Camboya.

S-21 Museo de Tuol Sleng

El Museo de los Crímenes Genocidas «Tuol Sleng» es el museo fundado en 1980 en la célebre prisión de alta seguridad del régimen de la Kampuchea Democrática S-21 con el fin de conservar pruebas de los actos que provocaran la desaparición de entre 1 y tres millones de personas en Camboya entre1975 y 1979. El Museo se encuentra ubicado entre los Bulevares Sihanouk y Mao Tse Toung, Calle No. 113, al norte de la Calle No 350, en el cual fuera antes de 1975 el prestigioso Colegio Tuol Svay Prey.

La historia del Museo comienza en 1980 (entre diciembre de 1978 y enero de 1979 la invasión vietnamita había precipitado el régimen de los Jemeres Rojos y había descubierto la secreta prisión S-21). Mientras el ejército vietnamita se aproximaba a Phnom Penh, muchos de los últimos prisioneros fueron ejecutados y solo sobrevivieron doce personas. Los vietnamitas fundaron entonces el Museo como prueba de las políticas del depuesto gobierno camboyano y a la retirada de las fuerzas militares de Vietnam bajo presión de la ONU, el nuevo gobierno de alianza con Hun Sen como Primer Ministro, continuaron con el respaldo a la iniciativa. El Museo puede ser visitado por el público en general.

El Museo conserva los espacios tal como fueron organizados por la dirección de la prisión S-21 con Duch a la cabeza. La estructura del edificio es la del antiguo Colegio Tuol Svay Prey, que es un edificio de estilo francés, con dos bloques principales, amplios salones, y corredores y zonas verdes alrededor con un patio en el centro del complejo.

Busto semidestruido de Pol Pot, uno de los innumerables que estaban al centro de las principales aldeas del país

En ese patio, que se encuentra justo a la entrada, se ven las tumbas de las últimas víctimas asesinadas de prisa ante la inminente invasión vietnamita. Un primer bloque de salones convertidos en cámaras de tortura, muestra fotos de las últimas víctimas y de las «camas eléctricas».

Por otro bloque, que exhibe el reglamento de la prisión (ver S-21) y las rejas construidas por los Jemeres Rojos en los corredores, se accede a las pequeñas celdas en donde en permanencia los prisioneros permanecían encadenados. Cada celda, construida en ladrillo dentro de los antiguos salones de clase, tiene el espacio para una sola persona. La ruta de visita continua a varios salones unidos que exhiben cientos de fotografías de las víctimas y en las que se ven rostros de personas de todas las edades, condiciones y orígenes. En la última sala se encuentran un busto semidestruido de Pol Pot y un mapa de Camboya hecho con cráneos de víctimas.

Otro edificio anexo muestra los salones en donde los menores de edad eran retenidos y donde debían permanecer siempre acostados. Allí se encuentra una biografía documentada con fotos de algunas víctimas y de miembros de los Jemeres Rojos que trabajaron en el lugar.

En el lugar también se encuentra el archivo con documentos, fotografías, pinturas y, en particular, los instrumentos usados para las torturas.

Aquí os muestro algunas fotografías tomadas durante nuestra visita, todas están viradas a blanco y negro, me pareció lo mas apropiado para reflejar el dolor  que allí se padeció, las únicas fotos a color son las de los cuadros del «artista» que pintó algunos «tristes pasajes» del lugar.

 

En estos postes, se colgaban boca abajo a los torturados, metiendo sus cabezas en agua con fertilizantes disueltos en ella, (observar las tinajas) de esta manera las víctimas eran torturadas hasta el extremo, algunos morían ahogados, otros envenenados con los fertilizantes, otros hablaban «auto-confesandose» como enemigos del estado y delatando a otros «supuestos» enemigos, entre amigos, conocidos o incluso familiares, obligados a delatarlos y firmar su declaración aun a sabiendas de que no eran lo que allí declaraban, creyendose de esta manera «libres» sin saber que de allí pasarían a ser deportados a los campos de exterminio donde finalmente eran asesinados.

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Una de las «habitaciones» donde eran interrogados y torturados. en la cama central, algunas «herramientas» utilizadas para torturar, con ellas arrancaban las uñas a los presos o incluso cortaban los dedos.

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Estos eran los grilletes con los que unían a los presos durante la noche, dormían atados unos a otros en el suelo, donde se hacían sus necesidades..

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Algunos pasaban los días y las noches encerrados en estas «celdas», atados con una cadena, desde allí pasaban a ser interrogados.

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Los corredores exteriores que daban a las celdas estaban «protegidos» por alambradas de espino para evitar los suicidios antes de ser interrogados.

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Todos los presos eran fotografiados antes y después de morir, catalogados y archivados.

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Aquí se muestran algunos de los elementos de tortura y exterminio, muy parecidos a nuestro «garrote bil»

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Vista de uno de los edificios que conforman el S-21

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En este cuadro pintado por uno de los guardias, se representa cruelmente la manera en que se asesinaba a los niños, realmente espeluznante…

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Esto es una escenificación (del mismo autor anterior) del exterminio de cientos de niños a manos de los guardias, cogiendo a los indefensos bebes de sus pies y golpeando cruelmente a estos contra un árbol (la fotografía del árbol esta mas adelante).

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Dos cráneos «expuestos» en sendas vitrinas en una de las salas del museo.

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Este cartel que reza a la entrada de una de las salas del museo indica de una manera muy gráfica lo que no debemos de hacer por respeto a las víctimas, Os aseguro que para mi no haría falta ninguna advertencia para «no sonreír» durante nuestra visita a este lugar, estaba mucho mas cera del «llanto» que de la «risa»….

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Patio principal, en otros tiempos los moños de este colegio corrían y jugaban a «sus anchas».

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Otra de las camas de tortura…

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Antigua entrada a la prisión.

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Memorial Choeung Ek (The Killing Fields)

El Memorial Choeung Ek, es en la actualidad un monumento conmemorativo construido para honorar a las víctimas que fueron allí ejecutadas durante el régimen de los jemeres rojos (1975 – 1979). Choeung Ek fue uno de los principales Killing Fields (campos de exterminio en camboya), pues tras la caída de los Jemeres Rojos en 1979, allí se encontraron 8.895 cuerpos. La mayoría de las víctimas pasaron primero por el centro de torturas Tuol Sleng en Phnom Penh y fueron traidos al lugar para ser ejecutados durante las horas de la noche. Choeung Ek fue antes de la guerra un jardín y viñedo chino y se encuentra localizado a 17 kilómetros al sur de Phnom Penh.

En la actualidad, el Memorial está marcado por una estupa budista que consiste en una columna de cemento y acrílico de cuatro lados en cuyo interior se conservan 5 mil cráneos. Su nível inferior se abre durante el día y los visitantes pueden observar los cráneos directamente, los cuales están clasificados por edad y sexo. Además del monumento, el campo se encuentra dividido en las fosas comunes que fueron excavadas y clasificadas y en las que se encuentran evidencias de restos humanos. Hay también un texto condenatario de los que perpetraron las ejecuciones en el lugar.

Algunas de mis fotografías tomadas en este horrible lugar…

Estupa budista, construida en memoria de las víctimas del genocidio, también utilizada como osario, donde se guardan clasificados esos 5000 cráneos. Para mi uno de los monumentos mas tristes jamas construidos pero que sin duda hará que no olvidemos jamas lo ocurrido en este lugar…

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Imagenes del interior de esta estupa…

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Devido a las lluvias, algunos de los huesos de las personas enterradas en las fosas comunes, aun salen a la superficie, es muy fácil encontrárselos por el suelo simplemente con bajar la cabeza mientras paseas por la zona…

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Este árbol queda en el recuerdo porque en el se instalaban unos potentes altavoces que emitían una música «revolucionaria» de la época que mitigaba los gritos de aquellos que eran asesinados a palos, por que hay que recordar que para «no malgastar» munición, los reos, mujeres, hombres y niños, eran aniquilados a palos, salvo los bebes que jugando de una manera muy «macabra» eran lanzados al aire para ser disparados con las escopetas a modo de «tiro al plato»… para llorar.

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En esta vitrina-osario, repleta de huesos y ropa, los visitantes pueden dejar los huesos y prendas encontrados durante sus visitas al campo de exterminio, fijados la cantidad de huesos depositados sobre la vitrina… yo deposite un diente y unos huesos que encontré en el suelo…

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Mas atrás puse una fotografía de un cuadro expuesto en el S21, que muestra como aniquilaban a los niños golpeándolos contra un árbol, pues este es el árbol…

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Mas huesos sobre la vitrina

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La mayor fosa común ayuda en el lugar en la que se descubrieron ¡¡450 víctimas!!

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Alguna de las ropas que utilizaban los «JEMERES ROJOS»

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En la misma linde del campo de exterminio (el mallazo pertenece a el recinto), vive una familia, sus miembros, entre ellos este niño, viven de la limosna que los visitante les dan… triste herencia es la que les a dejado este lugar.

 

 

 

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A pesar de todo sigo enamorado de este país y de sus humildes habitantes y no descarto de ninguna manera, la posibilidad de volver algún día no muy lejano…

 

 

 

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